Zabro del Cereal

Zabrus tenebrioides

Descripción: Se trata de un coleóptero que en estado adulto tiene forma alargada y convexa. Su longitud varía entre 12 y 18 mm. Su coloración es al principio castaña-rojiza y posteriormente negra, débilmente irisada, con la parte inferior pardusca más clara. Las antenas, palpos y patas son de un castaño terroso. La larva, que en su último estado mide cerca de 30 mm, pasa por tres estadios, diferenciados principalmente por la longitud de la cabeza. Es blancuzca con segmentos del tórax y del abdomen con placas esclerotizadas de color castaño y la cabeza y las patas castaño o castaño claro. El adulto aparece entre mediados de mayo y primeros de junio, cuando las espigas de trigo son todavía jóvenes. Su actividad es principalmente nocturna. Se alimenta de granos todavía lechosos. Hacia mediados de junio, se puede encontrar durante el día sobre las espigas, comiendo granos bien formados. Se alberga bajo las líneas de paja, las piedras y los terrones. El comienzo de la puesta de huevos depende, sobre todo, de la humedad del terreno. Puede comenzar a finales de julio y se prolongará hasta septiembre. La gran mayoría de adultos muere al comienzo del invierno, aunque bajo condiciones favorables, algunos individuos sobreviven a los inviernos y pueden llegar a la primavera siguiente. Las larvas aparecen entre mediados de septiembre y principios de octubre. Pueden estar varios días e incluso meses sin tomar alimento si las condiciones de humedad y temperatura no son favorables. Otoños suaves y húmedos significan eclosiones tempranas y desarrollo ininterrumpido de las larvas, lo que origina daños más importantes, sobre todo si se continúa con inviernos suaves. El periodo de actividad larvaria se mantiene desde septiembre hasta finales de abril. A partir de este momento se forman las pupas. En función de la temperatura, la metamorfosis tarda de 12 a 20 días. El adulto no aparece sobre la superficie del suelo hasta que sus tegumentos estén endurecidos y pigmentados, y esto suele ocurrir en el norte de España a partir de la segunda quincena de mayo.
Síntomas y daños: Las larvas se alimentan de las primeras hojas de cereales (no ataca a las avenas) comprometiendo en muchos casos la instalación correcta del cultivo de los cereales. Los primeros daños se detectan sobre los ricios y posteriormente en cultivos establecidos durante los meses de noviembre y diciembre. La larva devora las hojas, respetando los nervios, por lo que aparecen como deshilachadas. Los daños que puedan producir los adultos al alimentarse de los granos, pasan totalmente desapercibidos.