Podredumbre blanda

Fusarium oxysporum f. sp. cepae

Descripción biológica:  El hongo sobrevive en el suelo por años, en forma de clamidosporas, y se propaga en forma masiva si se cultivan plantas susceptibles como cebolla, ajo o chalote. También puede infectar a las raíces de ciertas malezas.
Los bulbos con infecciones incipientes en el momento de la cosecha llegan a las pilas de conservación, donde la manifestación de la pudrición se prolonga hasta fines de abril. No se producen infecciones nuevas durante el almacenaje
Signos y síntomas / Daños:  En el cultivo de la cebolla, a campo se observan plantas cuyas hojas se tornan amarillas, se marchitan y se secan desde la punta hasta la base. Dado que este tipo de síntoma puede ser causado por otras enfermedades, hay que inspeccionar el bulbo y cortarlo en forma longitudinal para completar el diagnóstico: la podredumbre blanda por Fusarium se confirma si observamos la decoloración castaña y la destrucción, parcial o total de las raíces, así como una pudrición parda de las catáfilas carnosas que avanza desde el disco y que frecuentemente se encuentra acompañada por un micelio blanquecino o rosado
Condiciones predisponentes:  La enfermedad se desarrolla a temperaturas entre 15 y 32ºC, siendo las óptimas alrededor de 26ºC, y HR. mayor al 80%. Las heridas favorecen la penetración del hongo a la planta. El cultivo recurrente de cebolla sobre el mismo lote permite la acumulación del hongo en el suelo. Las plantas debilitadas por herbicidas, salinidad, mal drenaje, sequía y otros factores de estrés son más susceptibles al ataque del hongo. Un exceso de fertilización con nitrógeno aumenta los riesgos de podredumbre basal, además es necesario efectuar un buen control de la mosca de la cebolla.