La polilla del cereal
Cnephasia pumicana
Los daños de nefasia se aprecian en las hojas, don- de se observan líneas blancas de 1-2 cm paralelas a los nervios. En un estado más avanzado, las larvas atacan el zurrón, y elaboran un tejido sedoso provo- cando la soldadura de las aristas de la espiga con la vaina, lo que dificulta su emergencia. La larva también puede seccionar parcialmente el tallo de la planta y dificultar la llegada de la savia al grano que queda reducido en peso y tamaño. En ocasiones la larva se alimenta de parte de los granos de la espiga, otras veces cortan la caña por encima del último nudo y se interrumpe la circulación de la savia por lo que los granos quedan vacíos. Las espigas permanecen erguidas hasta la madurez y se desprenden con facilidad cuando se tira de ellas. Este daño puede confundirse con los ataques de Calamobius filum, pero en este caso encontraremos una larva característica alimentándose en el interior del tallo de la planta, algo que no pasa con nefasia.